domingo, 31 de octubre de 2010

A Jason


El redentor.
En lo más oscuro apareciste,
cuando pensé que ya no había nadie mas en mi cabeza.
De la locura me ayudaste a salir.
Mi enfermedad curaste.
Quizás no intencionadamente, pero el mérito tuyo es.
De las torturas y pensamientos escapé.

Aún sabiendo que todo es imposible,
prefiero eso al poder y no querer del verdugo de mi corazón.

No es necesario decir nada, pues ya lo se todo.
No pido nada, solo quiero dar gracias por la existencia de personas como tú.

Ojalá yo haya suavizado la angustia en ti como tu a mi.
Tu presencia lejana agradeceré por siempre.

Una sincera y muy agradecida amiga tendrás frente a tí...
De rosales espinosos te sacaré, aun si en ellos tuviese que ocupar tu lugar.
A tu oscuridad yo llevaré velas de luz intensa y olor a esperanza.
Cualquier cosa haré, siempre y cuando nunca me olvides.

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