miércoles, 22 de septiembre de 2010

Se terminó.


Mi corazón se apagó del todo, dejó de latirte, sediento del cuidado de alguien que lo ame.
Te paraste a oirlo demasiado tarde y no pudo volver a retomar su pulsar.

El lazo adiamantado se rompió... lo rompió ese hacha engordada con suplicio, angustia, pena y calvario.
Mi orgullo quiere volver a resurgir. Quiere renacer en mi de nuevo y si tu indiferencia sigue ahí, el no podrá.
Te arrinconaré en el hueco que has dejado en mi alma... y de ahí no volveras a salir.

No es necesario que me digas que te olvide, por que eso es imposible, pero miraré a otro lado de mi memoria, aquel lado que aún está por rellenar.
La última cerilla se consumió, su llama se extinguió y yo con ella.
El recreo para ti terminó y con él, el temible juego.

Los interrogantes se quedaron atrás junto con las bestias del infernal mar de las dudas.. encerrados en el hueco donde estarás tu por siempre.

No sabes lo que es querer y nunca lo sabrás, porque alguien que piensa en sí mismo tan solo se puede querer a sí mismo. Crees que haces un bien por alguien, pero solo te lo haces a ti ...

Esta princesa habrió el tosco baúl, el cual era una fina, elegante y exquisita arca ... estropeada por el tiempo.
En el metió sus largos vestidos inmaculados, colmados de grandiosos bordados, finas perlas y caras telas.
De el sacó una viejas tijeras, cortó su oscuro cabello largo y lo ató a su dañada cama. Ella estaba dispuesta a bajar por ellos... harta de esperar a su inexistente principe azul.
Esta princesa dejó de desaprobarse a sí misma ... obsesionada en agradar a un personaje de cuento...

No me odies por querer olvidarte...odiame por quererte.


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